Cuando las madres descubrieron el running



Confieso que una vez pasada la barrera de los 40 yo también me he calzado unas zapatillas y me he lanzado a correr por calles, caminos, parques y variantes. Confieso que antes de tomar la decisión más de una vez había dicho eso de “correr es de cobardes”. Confieso que me he reído de aquellos que siguen en masa cualquier moda deportiva pero ahora… Confieso que yo también he caído en el running. Confieso que he corrido.

Tengo que decir en mi descargo que no soy una simple trendsetter que se apunta a la última moda. En esto de correr soy reincidente.

Empecé en el tema hace más de 20 años, allá por los 80 cuando lo llamaban footing y aún se veían camisetas de naranjito combinadas con chándals azules o rojos con rayas blancas laterales. Horrorosos.

Continué dando zancadas a comienzos de los 90 cuando ya sólo se hablaba de jogging, los chandals se volvieron más horribles todavía y las camisetas se repartían los estampados entre el Cobi  de las Olimpiadas y el Curro de la Expo. Horterismo ilustrado.

Pero lo dejé cuando me aburrí soberanamente de correr sola y las noches de juerga ganaron la partida a las mañanas de circuito. Unos años después se acabó la juerga pero las noches de tomas, pañales y cólicos tampoco es que me dejaran el cuerpo para muchos maratones. Claro, que para maratón el que me marqué pariendo y criando tres bebés en cuatro años…

En fin, el caso es que ahora que mis hijos duermen del tirón (salvo incursión nocturna de Tomasito) he vuelto a correr. No me aburro como antes porque lo hago en grupo con un entrenador estupending que se llama Juan Carlos Arjona que es un crack que entrena a más de 300 atletas (de los de verdad) en España y Iberoamérica. Además,  tiene una paciencia infinita y no me riñe por  aparecer y desaparecer según mi agenda laboral y familiar.

De su mano he reedescubierto el mundo running como muchas otras madres que en los últimos tiempos se han puesto a correr como las locas.

Madres de todo tipo porque de todo tiene que haber en la viña del señor. Como a una le va lo de la observación sociológica, entre carrera y carrera he ido comprobando, con un poco de sentido del humor, que no todas nos tomamos esto del running de la misma manera. 

¿Con cual de estos tipos de madre runner te identificas?

Madres Guadiana: no me refiero a las madres que corren junto a la ribera del Guadiana en esos parques tan chulos que han hecho en Mérida o en Badajoz. No. Me refiero a esas otras madres, como una servidora, que una semana corren y dos no, que aparecen y desaparecen como los ojos del Guadiana porque compaginar un hábito deportivo con las miles de tareas de una familia numerosa  y con la pereza es algo muuuy complicado

Madres Instagram: correr no sé si correrán pero toda la humanidad se entera de que se han puesto las zapatillas. Miles de fotos de sus pies calzados en zapas multicolor y de sus gráficas con los kilómetros recorridos pueblan sus Instagram, Facebook, Twitter… Si no lo cuentan es como si no hubieran corrido. Igual que otros atosigan con las fotos de sus vacaciones, de la boda de su prima o de la tortilla  de patatas que ha hecho su abuela las madres runners también quieren dejar constancia gráfica de sus esfuerzos. Otro tipo de postureo.

Madres de la Ronda Norte: llevan zapatillas de running pero no corren. Caminan a buen paso por cualquier ronda norte, sur, este u oeste, variante o similar de cualquier ciudad española. Son expertas conocedoras de las denominada rutas del colesterol. Son paseos muy amenos porque mientras que queman suela suelen ir juntas al menos dos o tres dándole a la sin hueso para arreglar el mundo, intercambiar experiencias "religiosas" sobre los deberes de sus hijos o cortar algún que otro traje.

Madres Perfectas: Sí, las odiosas (y envidiadas) madres perfectas también han sucumbido a la fiebre runner. Si a la playa bajan con el bikini y el pareo combinado a correr van con el último modelo deportivo perfectamente combinado con las zapatillas más superferolíticas del mercado. Corren la media maratón sin despeinarse. No se olvidan nunca de tomarse el colágeno con magnesio y tienen perfectamente compaginadas las extraescolares de sus hijos con los horarios de entrenamiento. No faltan jamás.

Madres procastinadoras:  son las del "mañana empiezo" pero se quedan en el sofá como la del meme que ha invadido miles de grupos de whatsap femeninos. Confieso haber estado más de una vez en esa misma postura y con esos mismos pensamientos...



Pues sí ya has decidido dejar de procastinar y ponerte las pilas tal vez te interese escuchar lo que viene a continuación.

Esta semana en el Diario de una madre de provincias de Canal Extremadura Radio  he tenido la oportunidad de entrevistar al entrenador Juan Carlos Arjona y hablar de esos errores que cometemos al correr y que me han llevado a pasar los últimos días con la rodilla atenazada por una tendinitis de pata de ganso. Sí, de ganso. Es que una siempre fue un poco gansa... Juan Carlos también nos da en este podcast algunos consejos y recomendaciones para practicar el running.

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CONVERSATION

1 comentarios:

  1. Yo soy de las del Guadiana jiji,que aparece y desaparece,aunque últimamente me gusta más el gimnasio....😊

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