Como os contaba la semana pasada nos sobran los motivos para dar el paso de la Primera Comunión pero nos empiezan a desbordar los preparativos 

Aunque hace meses que repito como un mantra que ESTO-NO-ES-UNA-BODA, en los últimos días he tenido la típica crisis de cuando estaba en el cole y dejaba los deberes para el último día de las vacaciones. Como le pasaba a Felipe, el amigo de Mafalda, la angustia por no hacer las tareas ha vuelto a agarrotarme el estómago talmente como si hubiera vuelto a mi clase de sexto de EGB y Sor María Judith me amenazara con el infierno del suspenso.

Como lo del suspenso ya no se contempla ni como opción me he puesto las pilas y llevo dos semanas intentando hacer el sprint final, haciendo múltiples llamadas, recorriendo tiendas, y sobre todo, navegando por las mil y una páginas que hay en Internet con ideas para organizar todo tipo de eventos.

Ahora mismo tengo la cabeza como un tablero de Pinterest. Cierro los ojos y sólo veo trajes de comunión, corbatas, zapatos, recordatorios, regalillos, ilustraciones, medallitas, cruces, guirnaldas, muñecos, papeles estampados, presupuestos... muchos presupuestos...

Es algo así como cuando hace 20 años te tirabas horas jugando al tetris en las máquinas de los bares y a la hora de acostarte solo veías caer piezas de colorines. Seguro que a más de uno os ha pasado. Pasabas un buen rato en la cama a oscuras tratando de encajarlas mentalmente y no te dormías hasta que no lo conseguías...

Como encajar los trajes de comunión en filas mentales es tarea harto complicada (y necesito dormir por la noche) he decidido recopilar en un post lo que más me ha llamado la atención de todo lo que he investigado sobre este tipo de eventos. Objetivo: conseguir poner orden en mi mente y echar una mano a las que estáis igual de perdidas que yo.

Allá voy.


¿CÓMO LES/NOS VESTIMOS?

Solucionado ayer mismo. Después de intentar sin éxito que el niño, ya bastante crecidito, entrara en el traje de marinero raso (nada de almirantazgos) que usó hace más de 30 años mi hermano hemos optado por que vaya de civil con americana y camisa también heredada pero de uno de los primos. Nos olvidamos del look navy y nos quedamos con el de joven ejecutivo. Solo ha hecho falta comprar zapatos, corbata y sanseacabó.

La verdad es que son prendas que solo se usan un día y quedan prácticamente nuevas por eso en la familia optamos por el reciclaje hasta de los vestidos de las niñas. Además, creo que en determinadas tiendas se marcan verdaderos pasotes con los precios de los vestidos de comunión. No hay necesidad de que las niñas parezcan novias ni los niños capitanes generales.

Sé que no todo el mundo tiene la opción de la "herencia" pero no os preocupéis porque sí que hay algunos sitios con precios razonables. Estos son algunos:

Catálogo de comunión de Teresa y Leticia. Precios ajustados y diseño bonito. Por poner un ejemplo, las americanas de los niños rondan los 50 euros.



Además, he encontrado Vestidos baratos en otra web que se llama Milanoo y, por supuesto, también es una buena opción acudir a los Centros de Oportunidades de El Corte Inglés. Suelen llevar el stock de trajes de la temporada anterior y este invierno he llegado a ver pantalones a 10 euros, chaquetas a 15 y trajes de niña que no superaban los 30 euros. Ah, y eran monos. Lo juro.

En cuanto al estilismo materno recurriré a alguna de mis tiendas de cabecera: Closer en Cáceres o a La Lola con tiendas en media España. Por supuesto, nada del clásico traje de madre comunionera con falda y chaqueta. En mi casa llevo yo los pantalones jajaja



¿DONDE Y QUÉ COMEMOS?

Tenía previsto hacer el festejo en el patio de mi casa que es particular  aunque como cuando llueve se moja como los demás puede que tengamos que prever un plan alternativo. Como además tiene miles de escaleras que suponen un claro riesgo laboral para un camarero cargado de croquetas todo me empuja a pedir asilo político en casa de la suegra.

Por supuesto, solo irá la familia y aún así somos más que los de Egipto. En los bautizos de los niños montamos una especie de merienda mormona en la que cada invitado aportaba algo y los vasos y platos eran de plástico. Aunque, claro, el follón del montaje y recogida posterior nos lo chupábamos el padre y la madre de provincias. Una paliza, por eso en esta ocasión optaremos por un catering que nos eche una mano. Si pinchais en la foto veréis cual ha sido el elegido.

El lunes, 20 de octubre, fue mi cumpleaños. Como tengo una edad ya no me da pudor hablar de ello ni contaros en estas letras de molde una historieta familiar más. Mi infancia son recuerdos de una mesa llena de mediasnoches y vasos de fanta mezclada con cocacola. Soplábamos las velas y cantábamos aquello del "feliz, feliz en tu día", porque los niños de los 70 solo veíamos por los ojos de Gaby, Fofó y Miliki y lo del "cumpleaños feliz" lo aprendimos bastante más tarde.

La casa se llenaba de niños y la pérdida de la inocencia llegaba el año que tus primas pequeñas te destrozaban tu muñeca preferida y entonces decías algo así como "Nunca Mais" y se abría una nueva etapa.

Nos estrenábamos en esto de cumplir años sin los padres, y sin las primas pequeñas, invitando al personal a una hamburguesa en el Burger Dino, uno de los primeros establecimientos de comida rápida que hubo en mi ciudad. El dinosaurio verde nos abría a las adolescentes de provincias una puerta a la absurda modernidad del fast food y al rito iniciático de probar la mostaza americana. Aunque para rito iniciático el que nos brindaba el Mesón Extremeño, mítico bar de la movida cacereña de los 80, el día que decidíamos que ya éramos mayores y celebrábamos los cumpleaños entorno a una burbuja de cerveza chupando todos a la vez por unos tubos de goma. Mucha diversión entonces y cierto repelús al recordarlo.

Después llegaron los cumpleaños conjuntos en un chalet del Monte del Casar, esa Costa de la Bellota donde tantos cacereños hemos disfrutado más que si fuera el Caribe, las cenas de pareja y hasta las fiestas sorpresa para conmemorar números redondos como 30 o 40.

Pero ahora los festejos no se parecen en nada a todo lo anterior (o tal vez sí...). Más que nada porque desde hace un tiempo en estas fechas ya no celebro mi cumpleaños sino el de mi hijo pequeño, un regalazo que me llegó, con un par de días de retraso, un 22 de octubre de hace cinco años. Vueve el tiempo de comprar tarta de chocolate, preparar mediasnoches y luchar con otros primos (los de mi hijo), para que no rompan nada, de encargar tortillas a la Boutique del Pollo y callar como una muerta cuando mi suegra diga que qué bien me salen (aunque confieso que este año la tortilla la ha hecho ella y, encima, le hemos okupado la casa con toda la logística cumpleañera...).

En fin, que un 22 de octubre de 2009 y antes de los dolores nacía el pequeño de la casa (sí, he dicho "antes", fue cesárea y los dolores llegaron después). Cinco años más tarde la vida le resulta pequeña y nos divierte (y nos agota) buscando nuevos horizontes. ¡Felicidades Tomasito!




PD: Otro día hablaré de la estresante agenda de cumpleaños del cole de los niños, de los horribles sitios de bolas y de los agotadores compromisos sociales en los que nos hemos embarcado las madres del siglo XXI con las fiestas de nuestros hijos. Hoy me quedo con la ternura de ver cumplir años en familia a la tribu, con la nostalgia de mi infancia y con la añoranza de los que están lejos (algunos demasiado). Como dirían Tip y Coll, "La semana que viene...hablaremos del Gobierno".

Ya están aquí las vacaciones de verano...Ese momento en el que se hace más patente que este país está pensado sólo para familias con un niño o a lo sumo la parejita. Apenas hay hoteles con habitaciones en las que quepan más de cuatro personas y las familias numerosas nos vemos abocadas a reservar (y pagar) al menos dos habitaciones (y las de categoría especial a reservar prácticamente toda una planta del hotel de turno).  Si ya es difícil veranear con un solo niño (con lo pelados que tenemos últimamente los bolsillos los españolitos de a pie) imaginaos con tres o más...

 

Piscina de la Casa Rural Casasturga (Collado de la Vera)

Mi tribu es nómada por naturaleza. Vamos, que seguimos esa máxima inventada por mi padre que reza “como  fuera de casa en ningún sitio” o , como finamente se dice por estos lares, nos gusta tener siempre el culo en la albarda. Nos gusta viajar y el tener tres niños pequeños nunca nos ha echado para atrás. Sólo las limitaciones económicas nos han dado el alto en más de una ocasión aunque, ojo, hay trucos para veraneos low cost  que ya os contaré en próximos post y, por supuesto, siempre nos quedará explorar nuestra propia ciudad o nuestra provincia. 

Hoy me he propuesto recopilar algunos planes de cercanía por esta nuestra provincia de Cáceres porque cuando digo que nos gusta viajar es que disfrutamos simplemente con el hecho de poner el pie fuera de casa ya sea para ir UNA TARDE andando hasta la Fuente del Corcho, para PASAR UN DÍA en una garganta de la Vera o disfrutar de un FIN DE SEMANA en una casa rural perdida en mitad de un bosque (también nos hemos hecho 2.000 kilómetros en coche de una tirada hasta la capital de Francia pero eso os lo contaré otro día). 

Estas son mis propuestas de hoy:

Ribera del Marco

Casasturga