Mamá, tú lo sabes todo de mi (de momento...)

Heredero menor:  Mamá, ¿qué me toca hoy chandal o uniforme?

Madre de provincias: Te toca chándal porque hoy te vas de excursión

Heredero menor: ¡Jo, mamá, tú lo sabes todo de mí!

Madre de provincias: es que te conozco de toda la vida...


ASUNTOS DE FAMILIA


Es verdad, lo sé todo de él porque le conozco desde que nació (lo que viene a ser de toda su vida), porque en cinco años solo ha salido del círculo familiar para ir cada mañana al cole y cuando vuelve me hace una crónica detallada de todo lo que ha hecho y de cómo le va con su empresa PEDRIT (ya os conté en su día sus inquietudes de joven empresario). Ah y si se guarda algo ya me entero yo cuando tocan tutorías y breo a preguntas al profe (que para eso una es periodista).

Lo sé todo de él porque su padre y yo somos los que decidimos qué va a comer hoy, qué ropa se va a poner o dónde va a ir.

Lo sé todo de él porqué sé lo que le hace reir (y lo que le hace llorar). Sé a qué le tiene miedo, quien es su mejor amigo y quien es la niña de pelo "amarillo" a la que prefiere por encima de las demás.

Lo sé todo de él porque sé que adora los playmobil, le encanta Doraemon, Bob EsponjaLa Patrulla Canina y que, a escondidas de sus hermanos (para que no le llamen bebé), aún le chifla ver a Caillou.

Lo sé todo de él porque conozco sus delirios medievales y su pasión por coger un escudo y una espada y transformarse en El Caballero Forastero que mata dragones.

Lo sé todo de él hasta cuando se va al cumple de un amigo o a esa excursión a la que tiene que ir en chándal porque siempre hay alguna madre que colapsa el whatsap colegial con cientos de fotos y yo, encantada de la vida, puedo ver en directo desde la oficina sus correrías en la piscina de bolas o cómo se come el bocadillo encima de una peña.

Lo sé todo de él porque es un torrente desbordado de palabras y de expresividad con la inocencia de sus cinco años dibujada en la cara. Necesita compartir todo lo que le ocurre y todo lo que se le pasa por la mente.

Lo sé todo de él... porque aún mantiene la confianza ciega en esta madre que le parió.

Por eso me emociona que me lo diga sorprendido, como si fuera un superpoder más de las madres, y reconozco que es verdad: aún lo sé todo de mi heredero menor.

También lo sé prácticamente todo de mi heredero mediano. Es un poco más callado pero sus penas y alegrías afloran sin barreras a través de sus ojos de mirada transparente. Con casi 8 años, aún llora si el Ratón Pérez "se olvidó" de dejarle la propina a cambio de su diente de leche y cree firmemente que la gata Ágatha pudo comerse al famoso roedor en un descuido.

Sin embargo, empiezo a no saberlo todo del mayor de los herederos. Ya tiene algunos secretillos, una vida propia más allá de la familia y esta semana ha comenzado a ir sólo a algunos sitios cercanos. Ya no hace falta que le acompañemos hasta la puerta... Es su primera conquista en su personal y particular guerra de la independencia.

Además, faltan unas horas para que haga la Primera Comunión. Ese rito iniciático que, aparte del significado religioso del que ya os hablé aquí, se convierte en un primer paso hacia la adolescencia. Su infancia se me escapa entre las manos y, aunque me siento feliz y orgullosa por verle crecer, no dejo de tener un punto de nostalgia maternal.

El cordón umbilical se va estirando hasta hacerse cada vez más largo y más fino. Los patucos pasan a ser zapatillas malolientes en un tris y sé que en unos pocos años alzarán el vuelo. Me pasará como a mi amiga Fátima que, a pesar de que su hijo ya es universitario, sigue entrando cada día en su cuarto como si siguiera viviendo en casa. Añorando ese nido ahora vacío pero sintiéndose orgullosa por los logros de su polluelo.

Porque vamos de guays, de madres modernas que se juran a sí mismas que van a dejar crecer a sus hijos en libertad y sí, nos alegramos de sus conquistas de independencia, les animamos a ello, queremos que conozcan el mundo y repetimos que nos negaremos a tenerlos metidos en casa hasta los 30 (o los 40) pero ahora que soy consciente de que llegará un momento en el que volarán solos y dejaré de saberlo todo de ellos hay una pequeña parte del corazón que se me encoge. Lo confieso.

Mis niños dejarán de ser niños algún día por eso hoy más que nunca entiendo y hago propio ese dicho popular que te dicen las señoras por la calle cuando te ven paseando rodeada de churumbeles: ¡DISFRÚTALOS, QUE CRECEN!

¿Y vosotros? ¿Aún sabéis todo de vuestros hijos? ¿Cuando empezaron a volar solos?




CONVERSATION

10 comentarios:

  1. Es verdad que el momento de dejarles crecer es duro, sobre todo cuándo sus decisiones no nos parecen lo más acertadas. Estoy en esa fase. Con dos adolescentes en casa. Pero también nosotros tomamos nuestros caminos...

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    1. ¡Claro! Yo no hago más que acordarme de cuando empecé a crecer y a darle "la calda" a mi madre con mi adolescencia rebelde y mis ganas de emprender mi propio camino sin que nadie me chistara. Por eso ahora intento ponerme en el lugar de ellos, acompañarles en ese camino y disfrutar esta nueva etapa pero eso no quita para que tenga un puntito de nostalgia porque ya no hay bebés en casa (lo cual, por otra parte, es muchíiiisimo más llevadero). ¡Muchísimas gracias por pasarte por aquí! Un beso

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  2. Me encanta tu blog porque es sincero, fresco y espontáneo. Me declaro seguidora. Ya nos leemos quepiensanlasmamasd.blogspot.com

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    1. ¡Muchísimas gracias! A mi también me gusta el tuyo. Sobre todo tu Diario de una Lentejita, qué recuerdo tan chulo va a tener tu peque. ¡Nos seguimos! Un beso

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  3. Ay como te entiendo! Mi numero 3 acaba de cumplir 3 años y sus hermanos preguntan que para cuando el proximo bebe, mis niños. Se sorprenden cuando les digo que a mi no me va a crecer mas la barriga porque no quedan mas bebes dentro (piensan que las mujeres traemos un numero X de semillas de bebe dentro y de repente una crece y nace el bebe, jajaja).
    El caso es irles acompañando en todas las etapas, y que ellos sepan que estamos ahi si nos necesitan, bien cerquita. Tu ya empiezas con la adolescencia, y yo por fin los tendre a todos en el colegio el proximo curso. Pasito a pasito se anda una vida. besos!

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    1. Los míos también andan preguntando que para cuando "la hermanita" pero aquí la fábrica ya está cerrada jajaja! Da pena no tener bebés pero la etapa en la que todos van ya al cole es también genial. Mucho menos trabajo (se acabaron los pañales, se duchan solos, etc...) pero todavía son pollitos que van detrás de la mamá gallina. Es lo que tú dices: hay que acompañarlos en todas las etapas y disfrutarlas al máximo porque vida solo tenemos una. ¡Un beso!

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  4. Sencillamente....me ha encantado. Gracias.

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    1. Me alegra mucho que te haya gustado. ¡Mil gracias por pasarte por aquí!

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  5. ¡Ayyy qué penita que se nos hagan mayores! Yo de momento sé todo de los tres porque la mayor tiene 5 años pero ya veo que esto pasa volando y, aunque hay veces que me subo por las paredes, estoy convencida de que algún día echaré de menos tropezarme con juguetes por toda la casa...¡Tienes razón, hay que disfrutarlos todos los días! Un beso!

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    1. Jo, yo pienso lo mismo que tú cuando me encuentro la casa inundada de juguetes y de ropa sin recoger. Primero empiezo a echar humo por la cabeza y luego pienso que llegará un día, cuando ellos vuelen solos, que todo estará hipercolocado y, entonces, mi vista descansará en en ese orden doméstico pero mi corazón añorará los playmobiles desparramados por el suelo... ¡Hay que ver cómo somos las madres! Lo dicho, a disfrutar intensamente de cada etapa. Un beso también para ti

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