Niños delante del micrófono



“¡¡¡Mamá, es mucho más divertido hablar por la radio que escucharla!!!“

Así de eufórica salió la tribu de los estudios de Canal Extremadura Radio la otra mañana. Les habían invitado Ana y Antonio, los conductores del magazine “El Sol sale por el oeste“, a participar en la tertulia de padres con la que colaboro todas las semanas para que contaran qué les habían traído los Reyes Magos y cómo es la relación con sus padres (momento de sonrojo materno incluido...).

También, por supuesto, sirvió para que emularan a la madre que los parió y se estrenaran en esto del directo. A  pesar de ser hijos de periodista nunca habían participado en un programa de radio pero algo han debido heredar del gusto por los micros de esta que escribe porque se les vio muy sueltos y encantados con la experiencia.

No sé si será genético o fruto de las múltiples ruedas de prensa, entrevistas y programas de todo tipo a los que asistieron como mudos espectadores cuando estaban dentro de mi tripa... El caso es que pasamos un buen rato y fue una buena forma de rematar las Navidades y comenzar 2015 con nuevas experiencias. Aquí os dejo el audio por si queréis escucharlo y echaros unas risas:


Audio Tertulia con niños en Canal Extremadura Radio

Y ahora viene la reflexión...

Como toda mamá gallina me llena de orgullo (y satisfacción) que en un momento dado mis herederos se emocionen con las mismas cosas que yo pero, aunque son muy pequeños, no les arriendo la ganancia si un día deciden seguir mis pasos porque el periodismo es una profesión dura, generalmente mal pagada y poco reconocida (aún más en estos tiempos que corren).

Hasta ahora nunca les había animado y cuando alguien les preguntaba qué quieren ser de mayor y decían lo típico de “bombero“, “policía“ o “ingeniero como papá“ me quedaba mucho más tranquila.

Sin embargo, la visita de la tribu a la radio coincidió con la terrible mañana en la que el terrorismo más radical asoló la publicación francesa Charlie Hebdo. Una mañana que sobrecogió al mundo occidental y en la que nuestra tan traída y llevada libertad de expresión fue herida gravemente.

Polémicas aparte sobre si “somos o no somos Charlie“, cuando escucho, leo o veo todo lo que ha ocurrido durante los últimos días me reconcilio con el verdadero sentido de esta profesión y el valor del servicio que se presta a la sociedad cuando se ejerce de verdad. Por eso, ahora sí que creo que,  si ellos muestran interés en un futuro, tal vez no esté tan mal animarlos a que se embarquen en este oficio y pongan su granito de arena para que nuestra sociedad disfrute de una verdadera libertad de expresión.

Pero hasta que ese momento llegue -si llega- es nuestra la responsabilidad y somos nosotros los que debemos luchar para que las actuales heridas de la libertad de expresión no sean de muerte.

Uf, que trascendental me he puesto...

En fin, Feliz año nuevo y feliz vuelta a la rutina




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