5 cosas que me reconcilian con la Navidad (y otras tantas que no...)



Desde hace ya bastante tiempo siempre siento por estas fechas que la Navidad llega cada año para complicarme la vida. Antes mi estrés prenavideño se inauguraba con las discusiones que propiciaban los nervios escénicos de mi madre ante la gran noche familiar del año y acabábamos un par de días antes de nochebuena con ganas de tirarnos el turrón (del duro) a la cabeza. 

Sin embargo, desde hace casi dos años ella ya no está. Su ausencia pesa como una losa en estas fechas tan señaladas y ahora esa añoranza es la que marca mi poca predisposición inicial a estos festejos.

Aunque, claro, he de reconocer que antes y ahora siempre me han sobrepasado la alegría obligada ( y más de una vez fingida), la solidaridad de salón que solo llega a las casas por Navidad, los amigos invisibles, las cenas de empresa (hay que ver que ni la crisis ha podido acabar con ellas), los cientos de correos y whassaps de felicitación a los que es imposible responder uno a uno, el comer por comer, el beber por beber, el devanarme los sesos pensando en qué regalar a cada uno de la familia... 

Tampoco me gustan las típicas cañas de nochebuena que abundan por provincias. Ver a un centenar de amigos y conocidos en el escaso margen de una hora me supera. Os juro que no exagero, en Cáceres pasan esas cosas... Ojo, que yo he sido siempre una fiestera pero tanta gente a la vez NO, por favor. Prefiero liarme de cañas cualquier otro día del año sin el cargo de conciencia de que se te puede quemar la sopa de almendra o tu suegra ponerte en la lista negra de nueras por no llegar a tiempo para poner la mesa.

A todo lo anterior se une la acumulación de obligaciones laborales que también da el calendario: ruedas de prensa de balances, presupuestos, cierre de año...

Me estoy estresando solo de escribirlo. 

Sé que soy afortunada por poder atender a esas "obligaciones" y que en muchas casas lo están pasando muy mal pero podría disfrutar muchas de esas cosas por separado y espaciadas en el tiempo... Me agobia la concentración en solo un par de semanas de compromisos de todo tipo.

El caso es que, tras una semana pensando en estos agobios y en lo lo que me gustaría escabullirme por un agujero espacio-temporal a las Maldivas, la otra tarde mientras que hacía fotos en una gala de Navidad del Conservatorio de Danza me quedé absorta mirando a las niñas en el escenario y, de repente, los ojos se me llenaron de lágrimas. Vamos, que me emocioné y por unos minutos me reconcilié con Mrs. Merry Christmas. Lo sorprendente es que estaba allí por trabajo y no conocía de nada a las bailarinas. El espectáculo era precioso pero las niñas ni eran familia mía ni ...

Eso me hizo reflexionar sobre esas cosas que sí que me reconcilian con la Navidad y como terapia para dejar de ser un Grinch de provincias he decidido hacer esta lista:

1. Las actuaciones infantiles de Navidad: si me emocioné viendo bailar a unas niñas anónimas imaginaros lo que he sentido viendo a la tribu cantar el campana sobre campana en la fiesta del cole. Tan ancha como se ponía antiguamente la madre de la Pantoja (ahora no creo que la señora esté tan orgullosa). 

Las fiestas de Navidad son a unas horas intempestivas, voy sin comer, hay que pelearse para pillar un buen sitio o acabar con tortícolis para divisar a tu pequeño desde la última fila pero una madre (y no digamos una abuela) flipa más que en un concierto de los Rolling. 

2. Malamadrear con las amigas de toda la vida: La navidad también propicia el reeencuentro con esas viejas (pero aún jóvenes) amigas que viven en la diáspora. Sí, ya sé que he dicho que me agobian las cañas de nochebuena pero eso sucede el día 24 y no he dicho nada al respecto del 26, el 27 o el 29... 

Uno de esos días entre nochebuena y nochevieja tenemos una cita obligada, sin niños, sin maridos y sin suegras. Solo nosotras. Hacemos terapia hablando de todos los que hemos dejado en casa, nos reímos, lloramos, brindamos y nos reconocemos en una amistad que permanece a pesar de los años y la distancia.

3. Decorar, patinar, visitar belenes...: Cuando no tenía niños el espumillón estaba prohibido en mi casa pero ahora ponemos hasta guirnaldas de luces en la terraza, belén con playmobiles samurais en el papel de pastores, árbol atiborrado de angelitos... Me divierte ver a los miembros de la tribu convertidos en decoradores de interiores y aún más me pirra irme a patinar con ellos  e imaginarme que estoy en la pista de hielo del Rockefeller Center (aunque en el luminoso más cercano ponga Carrefour).

Molan los planes navideños para niños incluida la clásica visita a los belenes y mola aún más llegar después a casa, encender el fuego y escucharlos saltar en el sofá mientras escribo este post y hago como que no los veo.



4. Recibir a los que vuelven a casa por Navidad: poder dar la bienvenida a mi hermano y toda su tribu de madrugada en el aeropuerto de Barajas escenificando el clásico anuncio de El Almendro emociona y mucho. Merece la pena el madrugón, los kilómetros y la niebla por ver el brillo de sus ojos en sus caras de jet-lag.

Este años dejan atrás el lejano oriente y vuelven a casa por Navidad y por una buena temporada. Reconforta tenerlos cerca. Bienvenidos.

5. Las caras de los niños la noche de Reyes: me gusta la fiesta de los Reyes Magos, siempre ha sido mi preferida. Se acabaron las obligaciones de Nochebuena y Nochevieja, todos estamos más relajados y no tiene precio ver las caras de los niños al paso de la cabalgata o cuando se meten en la cama nerviosos e emocionados. Nos devuelven parte de esa ilusión que vamos perdiendo por los años.

Al final, ellos, los más pequeños, son los que logran reconciliarme con la Navidad. Son los protagonistas de unas fiestas en honor de otro niño que nació hace más de 2.000 años y cuyo verdadero mensaje parece diluirse en medio de tanto anuncio de perfume y señores de rojo.


Y vosotros... ¿Qué cosas no soportáis de la Navidad y qué cosas os reconcilian con ella? Por favor, dejad vuestro comentario más abajo.


Feliz Navidad para todos.

CONVERSATION

7 comentarios:

  1. Me encantan las Navidades, sobre todo la Noche de Reyes. Me estresa el estar corriendo para hacer las compras pero lo cierto es que lo disfruto. Y disfrutaba muchísimo del aperitivo del 24 y 31 pero a mi madre no le hacía tanta gracia porque salía a las 14 y llegaba a las 20, digamos contentilla, así que por tener la fiesta en paz deje de hacerlo pero lo añoro mogollón.
    Feliz Navidad

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    1. Mas o menos eso me pasaba a mi: que salía a las cañas en Nochebuena, me liaba y me acababa llevando la bronca de mi madre jajaja! Cuando empezó a tocarme a mi organizar la cena de nochebuena fue cuando la comprendí...
      Al final, es verdad que es un agobio pero hay cosas de la Navidad que merecen la pena.
      Muchas gracias por leer el blog y participar!
      Feliz Navidad para ti también

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  2. tu post me ha recordado al mio...que sale cada navidad (y que si te pasas por el blog mañana seguro leerás ;) ) y mi particular pelea entre el grinch y la ilusion en navidad...no me pasaba antes, pero desde que vivo lejos como que siento que me falta algo por navidad...pero mis hijas llenan la casa y a mi de ilusión cuando se acerca la fecha... :) Felices fiestas!

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    1. Estaré atenta a tu blog para leerte mañana. Reconforta saber que no soy la única que convive con esta doble personalidad "Grinch versus Espíritu de la Navidad" jeje
      Muchas gracias por pasarte por mi blog y aportar tu visión de la Navidad! Felices fiestas!

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  3. Como siempre, suscribo casi todo.
    A mi al principio me cuesta engancharme al carro de la fiesta navideña, pero una vez que arranco, pues ahí, dándolo todo. No era muy familiar, hasta que alguien de la familia faltó, y entonces aprecio más cada año la compañía de todos y cada uno de ellos, aunque sea un no parar...
    Por cierto, una inquietud que me queda ¿tu suegra leerá tu blog? ;-)
    Feliz Navidad!
    Nos veremos por allí, espero.

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    1. Creo que hasta ahora no ha leído el blog...Mi suegra es analógica jeje pero creo que se lo voy a pasar y seguro que se echa unas risas porque aunque no le va el 2.0 si que tiene sentido del humor.
      Un beso enorme y gracias de nuevo por pasarte por aquí

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  4. A mí me encanta la Navidad, decorar mi casa, todos los años compro algo nuevo; me gusta el ir a comprar los regalos me lo paso bien pensar qué regalar, la cara que pondrán cuando se lo dé...me gusta quela cena de Nochevieja desde el año pasado se celebre en mi casa, me divierte el prepara todo, aparte de la comida, el atrezzo como yo digo, dónde se sentará cada uno, cómo pondré sus nombres, ( todo eso ya está pensado hasta el menú)...me gusta, me gusta la Navidad y sé que en algún momento no será así, pero mientras tanto hay que disfrutarla. Feliz Navidad. Lo mejor para el año 2015. P.d.- María, espero este año poder acudir a esa reunión de chicas. Un besazo. Pepa.

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