El síndrome de Lady Halcón

¿Os acordáis de la peli de Lady Halcón? Pues en los últimos tiempos esta romántica producción ochentera se me viene a la cabeza cada vez que pienso en mi relación con el padre de la tribu ( ...y no precisamente por la parte romántica del filme)




Para quien no la recuerde o para quien empezara a ir al cine pasados los 80 -que una ya es un poco viejuna- la película relata una leyenda de carácter sobrenatural sobre una pareja que sufre un hechizo por el que ella se convierte en halcón durante el día y él en un lobo gris por la noche. Solo coinciden los dos con forma humana unos pocos minutos al amanecer o al atardecer. En la carátula del DVD pone algo así como "eternamente unidos y separados". Muy romántica pero muy de sufrir. Vamos, una movida. 

Y ahora diréis que en qué se parece mi vida a esta peli.  Vale, a grandes rasgos en nada, salvo por el decorado medieval cacereño en el que transcurren mis días. Desde luego, he de reconocer que ni yo soy Michelle Pfeiffer ni el padre de provincias Ruger Hathuer (ya nos gustaría...) pero sí que compartimos con ellos el leit motiv de la trama, ese sentimiento de "cuando tu vas, yo vengo".

En nuestro caso cuando termina la noche y comienza el día no nos convertimos en halcones, ni en lobos, ni en ranas, ni en lagartijas... ¡¡¡En lo que nos transformamos es en el correcaminos!!! 

Cuando yo vuelvo a media tarde de trabajar me lo encuentro detrás de la puerta dispuesto a salir corriendo para iniciar la segunda parte de su jornada laboral, para llevar a alguno a catequesis o a un partido y otras veces para irse de reuniones varias... Al día siguiente cuando él llega de recoger al mayor del entrenamiento yo salgo disparada con los otros dos de la mano camino de la peluquería infantil, de otro entrenamiento, del cumpleaños escolar de turno, de una tutoría, de una inauguración de una exposición, de una rueda de prensa o de lo que sea... Y si tenemos que viajar ya es el caos absoluto. Ya os conté en su día la que se lía cuando la madre o el padre de provincias se tienen que ir de viaje de trabajo...

El caso es que cuando coincidimos en el día a día apenas cruzamos cuatro frases con esa información imprescindible que hace que el engranaje de la ingeniería doméstica no se escogorcie.

Somos algo así como un equipo de enfermeras, médicos, bomberos o cajeras del Carrefour que se ven apenas unos minutos en el cambio de turno solo que en vez de pacientes, fuegos que apagar o cajas registradoras lo que tenemos son hijos, TRES HIJOS, y, afortunadamente en estos tiempos que corren, también DOS TRABAJOS ABSORBENTES.

Conseguimos conciliar trabajo e hijos a costa de desconciliar la vida de pareja. La verdad es que no sé muy bien si a ese resultado se le puede llamar realmente conciliación...

Los días de diario son un desencuentro continuo y cuando me cruzo con algún amigo o compañero de trabajo que me da algún mensaje para mi marido me miran con cara rara cuando contesto:

 - Vale, si coincido con él se lo digo pero casi mejor que le llames tú...

-  ¿Coincidir? ¿Pero vosotros dos no vivíais juntos? - te replica el cachondo de tu amigo

Si apenas logro procesar y transmitirle la información referente a horarios escolares, actividades y cumpleaños infantiles cómo voy a acordarme de dar recados de adultos ¿¿¿Están locos o qué???

Me consuelo pensando en que esto nos pasa en una pequeña ciudad de provincias pero sería peor si viviéramos en una gran urbe o más aún si a uno de los dos nos expatriaran a otro país sin posibilidad de trasladar a la familia entera (como les ocurre a tantas y tantas parejas que andan por el mundo)

Y ya no quiero ni pensar en si alguno fuéramos viajante o camionero, esas míticas profesiones que ya forman parte del imaginario colectivo de lo que significa una pareja desencontrada. Entonces, más que Lady Halcón me sentiría como la madre de Manolito Gafotas (que también lo pasaba mal la pobre).

Total que el que no se consuela es porque no quiere y al final he de reconocer, siguiendo con los símiles cinematográficos, que al igual que a Rick y a Ilsa siempre les quedará París a nosotros siempre nos quedarán los fines de semana para poder mirarnos a los ojos y comer los cinco juntos a la misma hora y en la misma mesa.

¿Os habéis sentido alguna vez un poco Lady Halcón? ¿habéis sufrido o sufrís este curioso síndrome del siglo XXI? Por favor, deja tu comentario y cuéntamelo para que hagamos terapia de grupo.

Ah y si os ha gustado el post, por favor, no os olvideis de compartirlo.




CONVERSATION

11 comentarios:

  1. Ja,ja,ja. Qué bueno el post. La verdad es que creo que es algo que les pasa a muchísimas familias. Yo tengo buen horario, excepto un día que es más largo que un día sin pan, y nuestro peque tiene 11 meses y es solo uno, así que, por ahora nos da tiempo a mirarnos a la cara. Je,je. Aún así, como cuando llega el momento en el que estamos los dos juntos toca baño y demás historias, hasta pasadas un par de horas no estamos juntos de verdad. Y, en ese momento... yo solo quiero estar sola porque estoy reventada. Ja,ja,ja.
    Ánimo, trimadre. Eres mi heroína total.

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  2. Disfruta de tu bebé y de la dicha de no tener planes preestablecidos por las tardes porque, aunque ahora te de trabajo, te vas a enterar cuando empiece el cole, tenga actividades extraescolares y una agenda social que ni Carmen Lomana...entonces si que te acordarás de Lady Halcón jajaja
    ¡Muchisimas gracias por comentar y por compartir! 😘

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  3. Ay, qué ánimos me das. Ja,ja,ja. A ver si nos toca la lotería y así podemos estar todo el tiempo que queramos, que no es lo mismo que todo el tiempo, juntos.
    Besis

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    1. Tranqui, a pesar de sus agendas, también es cierto que los niños mayores dan menos trabajo que los bebes...aunque, claro, bien pensado lo de la lotería no es tan mala idea jeje

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  4. Jajaja...yo también tengo esa sensación a veces de que somos corredores de una carrera por equipos y nos vamos dando el testigo...Pero como dices tú, siempre nos quedará el fin de semana...

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    1. ¡Campeones en carreras de relevos! Vivimos una Maternidad olímpica...Jajaja!
      Gracias por pasarte por aquí. Bss

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  5. me suena esa situacion...aunque en mi caso es porque para cuando llega el padre de las criaturas, yo estoy casi en la fase dormir a las criaturas...y generalmente me quedo dormida yo tambien. Y los fines de semana estan tan llenos de eventos que al final muchas veces nos repartimos...pero algun espacio, pequeño, vamos encontrando por ahi ;)

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    1. Ahí esta la clave: esforzarse por buscar un momento para encontrarse los dos con forma humana y romper el hechizo de Lady Halcón antes de quedarte dormida jajaja! ¡lo conseguiremos!

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  6. Si es que los niños nos absorben! Yo por ahora estoy encantada, quemando fases, a ver cuando sea un poco mayorcito.
    He llegado aquí a través del #concilia13F

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    1. Gracias, Marela, por entrar en el blog y participar. La verdad es que no lo tenemos fácil para conciliar hijos, trabajo...¡y pareja! Pero seguiremos luchando por ello a través de iniciativas como #concilia13F y, sobre todo, a través de la educación de nuestros propios hijos para que ellos sean el germen de una sociedad diferente. un beso

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  7. la mejor pagina web que he podido leer es buenos sus temas y muy didácticos gracias por darnos la mejor información https://diosdice.com/

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