10 años de maternidad, 1 año de blog



Hoy hace diez años que mi hijo mayor llegó a este mundo. Hoy, 11 de febrero de 2015, se cumple una década desde que me estrené en esto de la maternidad y, además, hace apenas dos días que este blog "tan maternal" cumplió su primer año de vida en la misma fecha en la que el almanaque marca ya dos años desde la marcha de mi madre. Sí, se fue físicamente un 9 de febrero de 2013 aunque sigue muy presente en mi vida porque como ya os expliqué en su día las madres nunca se van del todo.

Ya véis, un cúmulo de aniversarios y de emociones encontradas en esta fría semana de febrero...

Echando la vista a atrás,  me doy cuenta de que estas fechas se han convertido ya en mi septiembre y en mi enero, en mi comienzo de año o en mi principio de curso. Mis años no se inician ni cuando lo marca el calendario gregoriano ni cuando lo decide la Consejería de Educación.  Aunque sea un 31 de enero cuando Ramón García se ponga la capa (y la Pedroche las transparencias), a mi me va más lo oriental y, desde hace una década, mi año vital comienza más cerca del año nuevo chino (19 de febrero) que de las campanadas de nochevieja...

No sé si por eso -o por el frío y los virus que no invitan a salir- me ha dado por hacer un balance, una reflexión o un desbarre más en estos nuestros 'Asuntos de Familia', un blog que nació para cumplir una promesa, para obligarme a escribir algo más creativo que la lista de la compra o una aburrida nota de prensa y para recopilar, en una especie de álbum de recuerdos, la infancia de mi tribu: sus frases, las palabras que se inventan y sus anécdotas; mis sentimientos y mis agobios; las risas, la ternura y esa vida en provincias que a veces pasa de lo prosaico a lo épico con solo darle un poco a la tecla.

Aquí, en este Diario de una madre de provincias, voy transcribiendo esas pequeñas tontunas del día a día que a medida que van pasando los años se olvidan pero que forman parte de la esencia más íntima de una vida y que yo quiero seguir recordando cuando sea una vieja pelleja (Confiemos en que con el tiempo el Sr. Google no acabe reseteeando la blogosfera y borre mis memorias...).

En fin, a lo que íbamos que me paso de trascendental, que hace 10 años que me estrené como madre cuando un morlaco de casi cuatro kilos decidió venir a este mundo por cesárea (imposible que esa cabeza pasara por ahí). Llegó marcando su espacio (meándose en la cara del ginecólogo) y lanzándome sin paracaídas a un desconocido universo maternal. Un bebé precioso, moreno de verde luna y pelo largo a lo Farruquito, al que las enfermeras de otras plantas venían a conocer porque querían ver con sus propios ojos a "ese recién nacido que parece que tiene más de un mes".

Y así sigue una década después: guapo, maduro, irónico, inteligente, sorprendente pero también sensible, indeciso, contradictorio y a punto de entrar en la preadolescencia (¡Socorro!).

Con él descubrí que podía criar a un niño y que encima lo iba a disfrutar (algo que no siempre tuve claro). Cuidar a tu primer hijo, reformar una casa, buscar trabajo y preparar -y aprobar- oposiciones. Todo en un año. Todo a la vez y todo posible porque éramos dos tirando del carro.
 

No siempre fue fácil pero se me despertó de golpe el instinto maternal que nunca antes había tenido y así en cuatro años nos juntamos con tres bebés...Menos mal que me di cuenta tarde de que me gustaban los niños si no acabo criando a la Familia Trapp...

Pero fue él, el primero, el que nos convirtió en padres y a mis padres en abuelos. En mi casa fue la novedad, la primera ilusión, el primer hijo, el primer nieto y el primer sobrino...

Siempre será especial porque con su nacimiento el padre y la madre de provincias aprobamos la selectividad de la paternidad/maternidad. Superamos ese primer examen que nos dio acceso a la Universidad Politécnica de los Padres Despistaos donde primero nos matriculamos en la Facultad del Hijo Único para acabar haciendo un curso puente que nos permitiera acceder al Grado de Familias Numerosas y ahí vamos cursando asignaturas, una tras otra.

Aprobamos con nota la Lactancia Natural (aunque  tuve que examinarme tres veces, como de casi todas las asignaturas en las que iban cambiando el temario, otras me las han convalidado jeje) y también superamos la Teoría del Sueño, las clases prácticas de quitar el pañal y el chupete, el Cálculo de Estructuras de Lego y la Teoría del Montaje de Playmobil...

Así hemos ido pasando de curso y superando ciclos aunque esta es una carrera de evaluación continua y tengo claro que nunca conseguiremos graduarnos porque los hijos, aunque crezcan, te van poniendo por delante nuevos retos y siempre hay algo nuevo que aprender.

Eternos padres universitarios que nunca logran superar el master, con asignaturas pendientes pero con muchas ganas de seguir aprendiendo...Ahí vamos, siguiendo el ciclo de la vida, en el que unos se van marchando y otros van llegando. Con tristeza en las despedidas y con la misma ilusión siempre en los recibimientos, aunque ya no sea el primero.


¡Felicidades, Nacho!







CONVERSATION

6 comentarios:

  1. Muchas felicidades para ti y para Nacho!! Es increíble como pasa el tiempo de rápido cuando tienes peques...hay que disfrutar de esta etapa tan bonita de la vida porque seguro que cuando seamos "viejas pellejas" lo echaremos de menos jaja.

    Un beso y a seguir aprendiendo cada día en esto de la maternidad y paternidad!

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    1. Muchas gracias! Ahí estamos aprendiendo cada día y atesorando estos momentos.
      Ah, y todo un placer compartir micrófono contigo esta mañana en Canal Extremadura Radio.

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  2. ¡Que bonita entrada! Muchas felicidades a los dos y enhorabuena por el blog; paso unos ratos buenísimos leyéndolo.

    bss

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    1. ¡Muchas gracias, Marisol! No sabes lo que anima saber que me leéis y que encima os gusta. Emocionada.

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