Mortadelo, Filemón…y Astro-ratón


Entre los mensajes que he recibido a través de las redes sociales tras mi primera incursión en esta cofradía bloguera, palabras de apoyo que agradezco enormemente, hay uno que me ha dado un especial “subidón, subidón”. Dice mi amigo Nan que está esperando la siguiente entrada del blog como cuando de pequeño esperaba a que saliera el próximo Mortadelo. Cuando leí su comentario casi me pongo a bailar como la señora de la tarjeta de crédito del anuncio pero eché el freno rápidamente. 

¡Menuda responsabilidad ha echado sobre mis hombros! Mortadelo y Filemón, Rompetechos, Petra criada para todo o las Hermanas Gilda forman parte del imaginario colectivo de toda una generación. Eso sí que es Super Humor, literalmente, con mayúsculas y superlativo; y cualquier parecido con la realidad que se refleja en estas líneas es pura coincidencia. Vale que mi casa a veces parece el 13 de la Rue del Percebe aunque no tengamos ascensor, o tal vez por eso… A veces me siento igual de impotente que la vecina del tercero, la que vivía puerta con puerta con el ladrón patoso, sobre todo cuando mis tres monstruitos preparan alguna. También tengo una buhardilla (eso sí, sin inquilino) y hasta una araña en la escalera que el día menos pensado aparece disfrazada pero ni sé dibujar ni tengo el ingenio de Ibáñez. Yo sólo os cuento mi vida.


El caso es que, tras recordar a Mortadelo, se me vinieron a la cabeza otros mitos del cómic de mi infancia: Astérix y Obélix, el Príncipe Valiente y Aleta, los cinco fantásticos, Wonder Woman, Snoopy, Mafalda… y hasta el ñoño de Pumby o la agonía de Esther y su mundo siempre suspirando por Juanito… Cuando regresé de mi flash-back me topé con mi hijo mayor absorto en un SuperHumor. Él también ha descubierto el placer de la lectura en las aventuras de los dos agentes de la T.I.A. y hasta en las páginas de la colección completa del Guerrero del Antifaz que su abuelo recopila cada quince días en el quiosco. Aunque a veces me pregunta extrañado qué significa eso de “voto a bríos” o “qué osadía”, disfruta con historias que son atemporales y que espero le abran la puerta a otros libros.


Podría seguir haciendo un panegírico de los grandes éxitos de ese cómic vintage con el que aprendimos a leer los que tenemos entre 35 y 55 años pero por ahí no me vais a pillar. Efectivamente, yo también soy de la Generación EGB, jugué en la calle y disfruté de la movida de los 80. Estuvo muy bien (el tema revival, algo cansino, da para otro post) pero no creo que mis hijos se pierdan nada por no haberlo vivido y no creo en eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor. A ellos les esperan otras vivencias. Ni mejores ni peores, simplemente serán las suyas, y en esto del cómic infantil se están haciendo cosas nuevas muy interesantes que enganchan a los más pequeños y hacen la lectura más divertida.


Mortadelo y Filemón gozan de gran aceptación en la pequeña biblioteca del cuarto de mis hijos pero su verdadero héroe es Astro-ratón, un roedor piloto de naves espaciales que tiene como compiches a una bombilla y a una caca parlante. El creador de estas delirantes aventuras editadas por Bang en la colección Coleccion Mamut  es el dibujante cacereño Fermín Solís, sí de provincias pero con éxito nacional.


Ya ha publicado dos volúmenes y mis hijos le acosan para que termine el tercero. Mientras tanto se entretienen con SuperPatata, también editado por Mamut, el cómic del Capitán Calzoncillos y hasta el gamberro Diario de Greg. No es El Quijote pero todo vale con tal de que se inicien en el hábito de la lectura. Los tebeos aún no se han ganado el respeto de algunos maestros y bibliotecarios pero, si se toma realmente en consideración cómo las ilustraciones y las palabras actúan juntas para contar una historia, se puede plantear que los cómics son tan complejos como cualquier otro tipo de literatura y, desde luego, para niños que aún están aprendiendo que la m con la a se lee ma son mucho más atractivos que las densas columnas de palabras de los libros convencionales. De poco sirven las campañas de animación a la lectura si el primer libro que ponemos en manos de un niño no es divertido.


PD: Rectifico sobre mi calificación de Mortadelo y Filemón como comic vintage. Acabo de hojear el último Super Humor que ha llegado a casa y veo que los guiones están de plena actualidad. Incluyen dos nuevos personajes en su última aventura: ¡¡¡Rojoy y Rubalcalva!!! Me parto.





CONVERSATION

4 comentarios:

  1. Me encanta ¡¡ qué bien escribes ¡¡ bsto fuerte.

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  2. Yo sigo prefiriendo los de nuestra época, así que los intentaré intercalar con los de la nueva hornada en su biblioteca.

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