Ay mi madre, porque no he hecho más que empezar con el blog y ya me voy metiendo en un lío tras otro. Ahora voy y me presento como candidata a los PREMIOS MUJER IT de la revista MUJER HOY...

¿Mujer IT, yo? Yo que soy bloguera novata, algo #malamadre y de provincias... La verdad es que así de primeras, con esos mimbres, no parezco muy IT sino más bien un poco OFF...

Pero si conoceis cuáles son mis ASUNTOS DE FAMILIA igual cambiáis de opinión o, como poco, os echaréis unas risas. Como ya sabéis quienes habéis empezado a seguirme, es una visión algo gamberra y provinciana de la maternidad, de cómo salgo adelante siendo madre de una familia numerosa en una ciudad pequeña sin dejar de ser, ante todo, mujer. 

Eso sí, todo escrito con mucho humor pero también con mucho amor. ¿Creatividad, innovación, pasión y conocimiento? Yo le echo muchas pasión dándole a la tecla y algo de conocimiento tendré después de criar a tres niños...pero la creatividad y la innovación vienen de la mano de las ocurrencias de mis hijos... Mujer IT con hijos IT...¡Familia completa, familia comansi!

Porfaplease, si me queréis no irse y votádme pinchando aquí. Sólo por votar también vosotros podeis optar a premios como cheques regalo y packs de cremitas y potingues.

Tomando prestada la expresión de un amigo y colega, esta que escribe siempre se ha considerado cacereña y cacereñista. Vamos, que soy una CATOVI de las de Cáceres de Toda la Vida con varias generaciones de antepasados criados en la calle Pintores. Hace unos años creí alcanzar el súmmum del cacereñismo cuando instalé mi hogar en la calle Caleros. Ya me veía cantando el Redoble por derecho propio, esperando a que los señores de levita se pirraran por mi moño y hasta lavándome con aguardiente si era necesario…Todo por amor a esta ciudad.

Sin embargo, hace unos días uno de mis hijos me despertó de mi perfecto sueño dorado de ciudadana cacereña de pro. Como toda madre pesada me gusta recordarles cual es la ciudad en la que viven, por eso de si se pierden y por la cosa de los orígenes. Con la lucidez de sus cinco añitos sentenció: “Mamá, nosotros no vivimos en la ciudad” y yo le miré atónita mientras me explicaba que los que viven en la ciudad son los abuelos porque tienen un edificio con ascensor. Para él Cáceres es Cánovas, La Madrila, Los Fratres o Moctezuma pero la calle Caleros NO es Cáceres, para él este barrio es simplemente…”la Plaza”.

Y ahí me ven, sufriendo una crisis urbana en toda regla pensando que ahora serán los de Gil Cordero los que se laven con aguardiente y los de Antonio Hurtado con agüita de la fuente o que a lo mejor al año que viene la procesión de la Virgen de la Montaña entrará en la ciudad por el nuevo residencial del Junquillo y que el bastón de mando del Ayuntamiento se lo entregarán a la altura de Carrefour.

Tal vez mi hijo tenga razón y la ciudad de verdad comience en Cánovas. Tal vez el centro histórico ha dejado de ser el centro urbano y la parte antigua, a los ojos de un niño, es un universo paralelo que no tiene el tipo de vida que acostumbramos a ver en una ciudad convencional o tal vez lo que pasa es que soy como Paco Martínez Soria y resulta que “La ciudad no es para mi”. Yo me quedo con la parte antigua, la vida de barrio de Caleros y sus casas sin ascensor